EL MUNDO
15 febrero 2011
Las células madre que
hacen crecer el pelo pueden causar cáncer de piel
Ángel Díaz
Son peligrosas cuando portan una mutación genética y se
produce una herida. El mecanismo no es habitual y aún no se ha demostrado si
actúa en humanos.
Las
células madre de los folículos pilosos, encargadas de nutrir la raíz del
cabello, podrían favorecer la formación de un cáncer de piel cuando se ha
producido una herida. Estas células, que en ocasiones presentan una mutación
que las convierte en tumorales, se desplazan hasta el lugar lesionado para
ayudar a repararlo. Una vez allí, y siempre que sean portadoras de un
determinado oncogen, pueden provocar un carcinoma basocelular, el cáncer de piel más extendido en el mundo.
Este
descubrimiento, por el momento sólo aplicable a ratones, recupera el posible
papel de estas células madre, las mismas que hacen crecer el pelo, en el cáncer
de piel. Anteriores investigaciones habían atribuido el origen del carcinoma basocelular a las células epiteliales interfoliculares,
es decir, a aquellas que se encuentran en la superficie de la piel, y no bajo
la raíz de los cabellos.
Sin
embargo, el nuevo experimento abre la posibilidad a que también las
foliculares, que se hallan en una capa más profunda de la piel, sean capaces de
generar cáncer, siempre que se haya producido una herida y puedan desplazarse
hasta ella.
El
estudio, realizado en la Universidad de California (EE.UU.) y publicado en 'Proceedings of the National Academy
of Sciences' ('PNAS'), usó
ratones de laboratorio en los que se activaba el oncogen
que convertía a las células madre foliculares en tumorales. Sin embargo, la
presencia de esta mutación no bastaba por sí sola para provocar cáncer de piel,
lo que es coherente con los resultados de anteriores investigaciones.
La
novedad es que, cuando se provocaban heridas a los animales, las células
tumorales se desplazaban hasta la superficie de la piel y allí encontraban el
ambiente propicio para desarrollar carcinomas. De hecho, los ratones sufrían
esta clase de cáncer incluso si las heridas se habían producido semanas después
de la activación del oncogen, lo que sugiere que
estas células pueden permanecer 'dormidas' durante largo tiempo en espera de
una ocasión para migrar a la epidermis y causar daño.
En
todo caso, los expertos consultados insisten en que estos resultados, aunque
"interesantes", no implican que una simple herida pueda relacionarse
con el desarrollo de un tumor. "No está descrito con qué frecuencia ocurre
esto: todos nos hacemos heridas y no por ello se nos produce un
carcinoma", indica la doctora Marisol Soengas,
líder del laboratorio de Carcinoma en el Centro Nacional de Investigaciones
Oncológicas (CNIO).
Por
otra parte, el mecanismo sólo se ha visto hasta ahora en ratones, por lo que
aún quedaría establecer en posteriores investigaciones si también es aplicable
a los tumores de piel en humanos. "La mutación en ratones no ocurre igual,
por lo que el modelo tiene limitaciones", explica Soengas.
Los
tumores basocelulares suelen darse en personas
mayores y pueden tratarse con cirugía o radioterapia. "Hasta ahora, no hay
muchos más tratamientos", señala el doctor Jordi
Rodón desde el Hospital Vall
d'Hebron de Barcelona. El mecanismo que convierte a
las células normales en tumorales, tanto en éste como en otras clases de
cáncer, está relacionado con la denominada vía de señalización 'Hedgehog' (puercoespín, en inglés).
Rodon y
su equipo están probando en la actualidad un nuevo fármaco, aún en fase I (con
pocos pacientes en estado avanzado de su enfermedad), que actúa sobre esta vía
para combatir el carcinoma. El tumor basocelular,
aunque es por lo general menos maligno que otras clases de cáncer, requiere en
ocasiones de "cirugías muy agresivas", que podrían evitarse en un
futuro si el fármaco saliera adelante, según aventura este experto.